El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil.
Es preciso creer en la posibilidad de la dicha para ser feliz.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
Por mucho que cientos de miles de personas, reunidas en un corto espacio de terreno al que se han apegado, se esfuercen en llenar el suelo de piedras para que no crezca nada en él; por mucho que limpien ese terreno hasta la última brizna de hierba; por mucho que impregnen el aire con el humo del carbón y el petróleo, por mucho que corten los árboles y obliguen a marcharse a todos los animales y aves, la primavera, hasta en la ciudad, siempre es primavera.