El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.
Lo que se oye se olvida, lo que se ve se recuerda, lo que se hace se aprende.
Cuando los elefantes luchan, la hierba es la que sufre.
Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
Quien no comprende una mirada tampoco comprende una larga explicación.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.
No satisfagáis jamás hasta la saciedad vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos.
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.