Para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común.
Si empiezas a conquistar Viena, conquista Viena.
Sólo hay dos palancas que muevan a los hombres: el miedo y el interés.
Sólo se puede gobernar a un pueblo ofreciéndole un porvenir.
Tranquilizar el espíritu es la mejor manera de curar el cuerpo.