Discutimos mucho sobre qué es eso de ser vascos, pero un vasco de hoy viste como un danés y lee lo mismo que un inglés.
Comer es un lenguaje, muchas veces no lo entendemos. Comer y respirar es lo único que hacemos desde que nacemos.
Cuando los hombres llevan en la mente un mismo ideal, nada puede incomunicarlos, ni las paredes de una cárcel, ni la tierra de los cementerios, porque un mismo recuerdo, una misma alma, una misma idea, una misma conciencia y dignidad los alienta a todos.
Las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas.
¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!
Cada día me parecía como un tesoro, como algo inapreciable. Empecé a darme cuenta de ello y entonces me acostaba lleno de alegría y me levantaba más feliz todavía.