Cuando se es joven se vive creyendo que uno es lo más importante en la Tierra; cuando nos desengañamos de eso a base de golpes, estamos preparados para vivir el resto de la vida.
El amor, el tabaco, el café y, en general, todos los venenos que no son lo bastante fuertes para matarnos en un instante, se nos convierten en una necesidad diaria.
En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen; la gran mayoría de los sueños se roncan.
En cuestiones de arte la opinión ajena debe escucharse siempre y no debe obedecerse nunca, salvo en la circunstancia de que coincida con la propia opinión.