Carecer de libros propios es el colmo de la miseria.
Donde mora la libertad allí está mi patria.
El que se enorgullece de sus conocimientos es como si estuviera ciego en plena luz.
El que es bueno para dar excusas rara vez es bueno para alguna otra cosa.
De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
Nunca hubo guerra buena ni paz mala.
Aunque hasta ahora nadie se haya quejado, es cierto que existen paracaídas defectuosos.
Los hornos de Auschwitz y la incineración atómica de Hiroshima y Nagasaki grabaron un capítulo aún más funesto en la crónica de la brutalidad humana.
Traigo conmigo las heridas de todas las batallas que evité.
El que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?