Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria que os corresponde.
A dos cosas hay que acostumbrarse, so pena de hallar intolerable la vida: a las injurias del tiempo y a las injusticias de los hombres.
Nada más peligroso que resolver problemas transitorios con soluciones permanentes.
El gran fraude reside en querer exportar al Tercer Mundo sistemas de pensamiento que el propio Occidente ha desechado hace tiempo. El antropólogo inocente