A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
La Santidad no es el lujo de unos pocos; es un sencillo deber que tenemos tú y yo.
Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos.
Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.