Errar es la cosa propia de cualquier hombre, pero preseverar en el error sólo es privativo de los necios.
Enséñame lo limitado de mi tiempo, porque el bien de la vida no radica en su extensión sino en su uso.
La naturaleza nos ha hecho capaces de aprender, y si nos dio una razón imperfecta, nos la dio al mismo tiempo perfectible.
Brevísima y llena de congoja es, en cambio, la vida de los que olvidan el pasado, no se cuidan del presente y temen el porvenir.
La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino cuánto bien haya sido representada.