No he nacido para sólo un rincón, mi patria es todo el mundo.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
Las buenas costumbres se conforman unas con otras, y por eso duran.
El vino lava nuestras inquietudes, enjuaga el alma hasta el fondo y asegura la curación de la tristeza.
No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.
Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
El camino más breve para las riquezas es el desprecio de las riquezas.
Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables.
El sabio nunca carecerá de alegría pues ella nacerá de sus propias virtudes.
La adversidad es ocasión de virtud.