El agua que tocamos en los ríos es la postrera de las que se fueron y la primera de las que vendrán; así el día presente.
Más que a España, amo yo al mundo, y más que a mi tiempo, a toda la historia de esta pobre, interesante humanidad, que viene de las tinieblas y se esfuerza, incansable, por llegar a la luz.
Si pudiese contar la Historia con palabras, no tendría que llevar conmigo una cámara de fotos.