La civilización nunca retrocede, la ley de necesidad siempre fuerza a ir hacia adelante.
Los poetas son como los proverbios: siempre se encuentra uno que está en contradicción con el otro.
Con el submarino ya no habrá más batallas navales, y como se seguirán inventando instrumentos de guerra cada vez más perfeccionados y terroríficos, la guerra misma será imposible.
Todo lo que de grande se ha realizado ha sido en nombre de esperanzas exageradas.
Qué gran libro se podría escribir con lo que se sabe. ¡Otro mucho mayor se escribiría con lo que no se sabe!
Cuando a un americano se le pone una idea en la cabeza, nunca falta otro americano que le ayude a realizarla. Basta que sean tres, eligen un presidente y dos secretarios. Si llegan a cuatro, nombran un archivero, y la sociedad funciona. Siendo cinco se convocan en asamblea general, y la sociedad queda definitivamente constituida.