En la prosperidad nuestros amigos nos conocen, en la adversidad los conocemos a ellos.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
Dios ha creado al hombre como un animal sociable, con la inclinación y bajo la necesidad de convivir con los seres de su propia especie, y le ha dotado, además, de lenguaje, para que sea el gran instrumento y lazo común de la sociedad.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
El espacio-tiempo le dice a la materia cómo moverse; la materia le dice al espacio-tiempo cómo curvarse.
Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti.
Una sociedad se define no sólo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir.